Comunicación con los animales

 

Todos tenemos la capacidad de comunicarnos con otras especies, solo hemos de recordar como hacerlo. Hemos olvidado en gran medida nuestra parte animal. Esa parte vital más primaria que configura los cimientos para la evolución de la personalidad humana y, en un continuo temporal, nos permite la trascendencia hacia nuestra alma. Olvidar o despreciar nuestra animalidad es limitar o frenar nuestra evolución y la de la propia consciencia de vida. Recordar la forma de comunicarnos con los Animales les ayuda y nos ayuda a sentirnos más plenos en nuestra relación con el animal y con el entorno. Cuando comunico con un animal, el mundo desaparece, los sentidos pasan a formar parte de un proceso interno lleno de majestuosidad, desaparezco yo y aparece un mundo desconocido, inexplicable, lleno de sensaciones que solo te permite ser y estar en comunión con ese ser. Desaparece la especie, desaparece el ser humano y todo se convierte en una danza de almas, una sensación que te acompaña siempre, la posibilidad de sentirte solo desaparece para siempre.

Portugal 2006 Olga Porqueras

 

Uno de los dones que poseemos "los animales humanos" es el de la palabra. Sin embargo los animales "no humanos", no dejan de tener el don de la comunicación, inclusive mas versátil y completo. Sonidos, movimiento de colas, ,cabeza, cuerpo, mirada..., forman parte de eses maravilloso mundo de la comunicación y una de las formas de comprender y conocer más a los animales, es aprender a comunicarse con ellos.

Todos los seres humanos nacemos con el don de la comunicación, y somos tan sensibles de pequeños que nos comunicamos con nuestros animales. los adultos pensamos que es fruto de la imaginación y no le damos impotancia. Y así poco a poco se va perdiendo esa cualidad.

Pero si ponemos un poco de voluntad y sacamos ese don dormido de la telepatía ó la comunicación mental, aprendiendo a comunicarnos, podremos resolver muchos problemas de conducta en los animales, sus necesidades fisicas y emocionales y su sentir con relación a su entorno.

La palabra telepatía proviene del griego (tele “distante” y patheia “sentimiento”). Por tanto podemos decir que es la comunicación de los sentimientos.

Los humanos solemos ver el cuerpo físico del animal pero nos olvidamos de sus emociones o sentimientos y no podemos olvidar que como su nombre Animal deriva de la palabra latina “animalis” que significa “lo que vive además de “animus” que se traduce como “ser dotado de respiración o del soplo vital”, también llamado “ánima” o alma.

Los animales de compañía entran en nuestras vidas para ayudarnos en nuestro crecimiento.

La comunicación entre especies nos enseña a aprender a escuchar y sentir cómo los animales ven la vida. También nos ayudan a desprendernos de gran parte de nuestra carga. Y, aunque será algo que no tendremos muy presente que esté ocurriendo, podremos percibir cambios muy sutiles importantes, especialmente cuando estemos en un medio natural.

Por otra parte, poder mantener este diálogo es de gran ayuda para el animal.

De esta forma podrá entender por ejemplo por que su cuidador, cuando no se puede ocupar más de él, lo vende o regala a otro cuidador.

Es un diálogo que será también muy útil cuando hay desavenencias entre animales en el mismo hogar, o bien cuando se han perdido o escapado, o bien cuando hay un rechazo al entrenamiento, o bien en apoyo a perros de asistencia… Cuando se acerca el final, por medio del diálogo podemos saber si un animal quiere morir en casa o si no le importa que lo ‘duerman’ en un centro veterinario.

La mayoría de pueblos indígenas de todo el mundo han mantenido comunicación con otras especies, principalmente a través de sus chamanes.

Esta conexión con la naturaleza les ha ayudado a sanar y a conseguir soluciones a sus necesidades.

Los indios americanos, por todos conocidos como grandes comunicadores con la naturaleza, fueron los precursores y sentaron las bases de lo que conocemos hoy en día como Animal Communicator.

Para el reino animal el ser humano es muy denso, por lo que para poder acceder a su frecuencia hemos de ‘limpiar’ el camino empezando por nosotros mismos.

Una bonita forma de empezar a establecer esta conexión es escuchar  y meditar junto a nuestro animal de compañía y centrar toda nuestra atención en él; de esta forma nos iremos abriendo a esta nueva forma de sentir.

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